Blog

Clases de dibujo y pintura para adultos son muy necesarias para nuestra salud. Salud, dibujo y pintura, para los adultos, están siempre unidas.

Clases de dibujo y pintura para adultos son muy necesarias para nuestra salud. Salud, dibujo y pintura, para los adultos, están siempre unidas.
Las clases de dibujo y pintura o ir a cursos de dibujo y pintura artística beneficia la salud de niños, adolescentes y adultos de todas las edades.
Adquirir las habilidades que requiere aprender a pintar en una escuela de dibujo o en una Academia de pintura aporta grandes beneficios a tu salud y a la de tus hijos. En este artículo os voy a contar algunas de las múltiples aportaciones que la práctica de la pintura y el dibujo hace, a la hora de servirnos como enriquecedora de nuestro crecimiento y desarrollo personal.

En primer lugar, hemos de destacar lo que se denomina:

Control de la motricidad fina, debiendo recordar que la pérdida de la motricidad fina se denomina mal de Parkinson, por lo tanto se puede definir ésta por: el control y coordinación de músculos, tendones y huesos para realizar movimientos pequeños, calculados y muy precisos. Así el niño al presionar más o menos el pincel sobre el lienzo, al mezclar los colores sin extender la mezcla por toda la paleta, al mojar el pincel usando sólo la punta de éste o al aplicar el pigmento sobre la superficie del lienzo, el alumno está desarrollando un mayor desarrollo en la sofisticación que encierran dichos movimientos y en el caso de los adultos, al trabajar dichos movimientos, está haciendo una inestimable labor de prevención frente a la aparición del Parkinson.

La pintura (acuarela, óleo) y el dibujo (grafito, carboncillo, lapiceros de colores) previenen el Parkinson y el Alzheimer
La práctica de la pintura mejora la calidad de vida y reduce la ansiedad y la depresión en los enfermos de Alzheimer. De igual modo, está probado que se reduce la posibilidad de contraer dicha enfermedad, por el fortalecimiento de las conexiones neuronales entre las dos áreas cerebrales y del mismo modo se reducen, de forma considerable, los trastornos cognitivos que los enfermos de Alzheimer padecen.

El dibujo y la pintura previenen y ayudan a combatir la depresión.
Nos ayuda a escucharnos y a soportarnos sin la necesidad de estar siempre distraídos con alguien, para no tener que enfrentarnos con nuestro “yo” más íntimo. Pintando, jamás nos encontraremos solos en esta sociedad, en el fondo, tan solitaria. Y aprenderemos a disfrutar con nosotros mismos. Y a evadirnos de los problemas que nos atormentan el pensamiento. Porque cuando pintamos llegamos a lo que se denominan ondas Alpha, es decir, entramos en un campo de oscilaciones electromagnéticas cuyas frecuencias oscilan entre los 8 y los 12 Hz que son provocadas por la actividad eléctrica de las células cerebrales de la zona del tálamo. De ahí que el tiempo transcurra sin darnos prácticamente cuenta. En filosofía del arte, es a lo que se denominaba experiencia estética, mucho antes de que los científicos pudieran demostrarlo.

Desarrollo del autocontrol y fomento de la paciencia para conseguir los objetivos en la vida.
Un cuadro no se puede terminar de pintar en una tarde, me refiero a un cuadro elaborado con un cierto detalle o con efectos cuya técnica requiera de secado previo de las capas inferiores de pintura. Poco a poco y de modo asociativo, tanto el niño como el artista adulto comenzarán de modo inconsciente, a aplicar en su vida diaria, los frutos con los que ésta nos premia gracias a la utilización de una paciencia bien entrenada a la hora de tener que resolver los problemas de la cotidianeidad. Por dicha razón, también pintar nos va a servir para educar nuestra inteligencia emocional, ya que la armonía propia del arte se va a acabar adueñando de nosotros y proyectándose en el caos externo, haciendo aprovechable y más positivos, también los contratiempos.

Para los niños y adultos conseguimos una mayor concentración. Más fácil de alcanzar con la práctica del Arte
El día a día de esta ruidosa sociedad, la tendencia a los placeres dirigidos, como la televisión en la que nosotros sólo ejercemos el control del mando y apenas se requiere concentración, hacen que cada día sea más complicado prestar atención con cierto rigor cuando, por ejemplo, nos ponemos a leer, teniendo a veces incluso que volver a releer lo leído porque hemos perdido el hilo del argumento. Al pintar, tenemos que identificar primero: qué color es el que aparece en el modelo, en segundo lugar, qué colores he de utilizar a la hora de tener que mezclarlos para obtener el color en cuestión y en qué proporciones y disolución. Luego he de aplicar dicho color con según qué pincel, suave, duro, en punta, de lengua de gato etc. y he de prestar atención al modo según el cual tengo que mover y presionar dicho pincel. Ya que no lo voy a mover igual si trabajo “técnica de pincel seco” o estoy llevando a cabo una veladura. Para todo ello se requiere: concentración.

Desarrolla al artista que hay dentro de tu hijo y de ti. Da rienda suelta a tu creatividad. A través de la expresión de las emociones por medio de las composiciones sobre la bidimensional superficie del lienzo. Según qué temas pintemos, o cuales van a ser los colores que usemos o qué técnicas apliquemos en la ejecución de nuestros cuadros, así expresaremos aquellos sentimientos y emociones que llevamos dentro. Las exteriorizamos y a fin de cuentas las disfrutamos, llevando a cabo una labor de catarsis, de canalización de las tensiones internas, produciéndose en nosotros una sensación muy placentera de bienestar que nos conduce a un querer repetir de nuevo la experiencia de pintar. Recordad, que pintar no es sólo terminar el cuadro y disfrutarlo cuando está colgado en la pared. No. El verdadero placer de la pintura reside en el acto de pintar.

Tu puedes!! La autoconfianza, la autoestima se reafirma, gracias al reto que conlleva el enfrentarse a un lienzo en blanco o a realizar la copia de un autor clásico. Todo avance es positivo. Todo suma. Absolutamente todo suma en el mundo de la pintura, porque incluso, cuando se cometen errores, el mero hecho de aprender a arreglarlos o a saber: qué se puede aprovechar de lo que supuestamente no ha salido tan bien. También es positivo. También es beneficioso, ya que seguimos aprendiendo y por lo tanto, al saber cómo arreglarlo o corregirlo ganamos aún más en autoconfianza.

El conocimiento intelectual que aporta la pintura y el dibujo fomenta la capacidad de evaluación y de análisis, así como de autocrítica, sin caer en la autocrítica severa, que de positiva tiene más bien poco. Evaluamos la similitud con el modelo desde el punto de vista del dibujo, primero. Luego desde el ámbito del color y por último desde la dimensión de los efectos que perseguimos; si se trata de un drapeado, analizaremos si hemos conseguido que éste se parezca a un terciopelo o al raso. Si es una anatomía observaremos: si los músculos se nos presentan con plasticidad o acartonamiento etc.

La pintura y el dibujo y el Arte en general, desde el ámbito psicológico y quizá más subjetivo, evaluaríamos y analizaríamos lo que pretendíamos que transmitiese la obra pictórica. Por ejemplo: alegría, melancolía u otro sentimiento o sentimientos y si el espectador es partícipe de nuestras pretensiones.

El Arte: desde el punto de vista de la fisiología tenemos que tener en cuenta que el arte de la pintura hace que se fortalezcan las conexiones de nuestros dos áreas cerebrales, el derecho (emocional, intuitivo, creativo) y el izquierdo (racional, lógico, tangible).

Bueno, para terminar, sólo os puedo decir que si no lo habéis probado a hacer. Que lo hagáis. Que os apuntéis a las clases o academia de pintura que queráis. Pero que no lo dejéis para la jubilación. De verdad que hay tiempo para todo. Y la pintura, está demostrado que alarga y hace mucho más saludable y emocionante la vida.
A la derecha de la imagen: autorretrato de Leonardo da Vinci